
Pero, si nos referimos al Principio Absoluto que se manifiesta en lo ideal, con la apariencia de una ley inexorable, en virtud de la cual tanto el Universo como si se trata de la gran alma cuyas pulsaciones siento en el fondo de la mía hablándome en voz baja, para hacerme notar la diferencia que hay entre lo verdadero y lo falso, lo feo y lo bello, lo justo y lo injusto si se trata del testigo permanente que acaricia mi oscuro pensamiento cuando se embriaga el alma con el puro nectar sublime....ese Algo profundo que las religiones no hacen ni deshacen, que adivinamos infinitamente bueno y sabio, que carece de cuerpo y figura...se setrata del Misterioso Poblador de lo Infinito...si se trata de ese Todo Vertiginoso, que habla con la voz de los elementos, sin sacerdotes, sin biblias, no oficial, no carnal, cuyo libro es el abismo, cuyo templo es el cielo y cuyo altar es cualquier flor, aún la menos bella de las que nacen silvestres...si se trata del Supremo Inmutable solsticio de la razón, del derecho, del bién, de la justicia, en eterno equilibrio con lo infinito..., en tal caso Ministro del Señor, yo soy el creyente y tú el ateo."
Victor Hugo.
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